Después de 5 años resolviendo desafíos tecnológicos, aún sigo sorprendiéndome por la capacidad del crowdsourcing para acelerar el proceso de innovación.

Bien es sabido que la inteligencia colectiva aporta mejores soluciones que cuando se trabaja con un número limitado de personas. Sin embargo,se habla menos del efecto que este modelo abierto tiene en los tiempos del proceso global.

El crowdsourcing tiene un efecto de aceleración en todas las fases del proceso de innovación, desde la ideación hasta el diseño y desarrollo, el prototipado y su puesta en marcha final (escalado de ventas, producción, etc.).

La inversión de recursos en fases tempranas de proyectos de innovación para captar ideas y soluciones (y evaluarlas adecuadamente) acelera el resto de las fases del proceso.

El diseño y desarrollo de un nuevo producto o proceso será más fácil si se ha primado la simplicidad en la evaluación y selección de soluciones conceptuales.

Será necesario construir menos prototipos y se requerirán menos cambios y modificaciones al diseño original. Todo ello en la medida en la que las ideas o soluciones iniciales se hayan evaluado atendiendo a su viabilidad técnica y/o experiencia probada (en otros países, industrias, etc.)

El producto o servicio podrá escalar más rápidamente si, en la fase inicial de exploración de ideas, el cliente se involucró de manera activa.

Aunque podríamos poner muchos ejemplos de crowdsourcing (en nuestra plataforma se pueden consultar +100 desafíos tecnológicos resueltos), compartimos el caso de éxito reciente del desarrollo del respirador de emergencia OxyVita.

Este desafío se publicó el 18 de marzo de 2020 en ennomotive como una iniciativa solidaria para poner a disposición de los países más necesitados una solución simple, robusta, efectiva, de bajo-coste y escalable para combatir la pandemia del COVID-19.

Esta ha sido una de las muchas iniciativas que se han lanzado a nivel mundial para el desarrollo de respiradores o resucitadores, tanto a nivel de individuos o universidades pero también empresas como Tesla, Ferrari, entre otras.

El crowdsourcing del desarrollo del respirador OxyVita

Con la actual progresión de la enfermedad, el número de afectados aumenta exponencialmente cada día en algunos países del mundo. Dado que un 20% de los pacientes son hospitalizados, y un 5% de los afectados necesita ser ingresados en la UCI, la demanda de respiradores para asistir a los enfermos es altísima.

Ningún sistema sanitario está preparado para esta demanda, por lo que urge la fabricación rápida de respiradores para ponerlos a disposición de los hospitales de todo el mundo. Los modelos actuales de respiradores son complejos y caros, y hay un número limitado de fabricantes, por lo que no es posible abastecer a todo el mundo en un plazo corto de tiempo.

Desde ennomotive, decidimos lanzar un desafío a nuestros más de 20.000 ingenieros para ver cuál era la mejor solución posible en términos de plazo, eficiencia, disponibilidad y coste.

Se apuntaron 101 participantes al desafío y, después de tan solo 7 días, se habían presentado 45 soluciones que fueron evaluadas por ellos mismos.

La solución seleccionada en la Ronda 1 del desafío proponía un sistema simple de respiradores basado en respiradores antiguos. Frede Jensen, el ingeniero británico que envió este diseño, eliminó todo aquello que no es necesario para tratar el COVID-19, encarece el respirador y hace más complejo su manejo.

Esta solución fue muy acertada por dos razones. La primera, por la propuesta de utilizar componentes distintos a los empleados en respiradores convencionales, por lo que son más fáciles de encontrar en el mercado. La segunda razón, por mantener un alto estándar de seguridad mediante su diseño electrónico y de software. En concreto, OxyVita posee un doble procesador para controlar el funcionamiento del sistema neumático a la vez que mantiene un monitoreo redundante del funcionamiento (perro guardián).

El proceso fue extremadamente rápido hasta ese momento, si bien es cierto que posteriormente hubo que realizar todos los ensayos pre-clínicos normativos asociados a un respirador, que no son pocos: Pruebas en modelo humano / pulmón artificial, pruebas con animales y pruebas de seguridad.

Evidentemente, un respirador es un dispositivo que se va a usar para salvar la vida de personas, por lo que todas las pruebas y validaciones son muy importantes.

En conclusión, el desarrollo en tan solo tres semanas de un respirador para intubado de pacientes críticos en UCIs ha sido posible gracias a un proceso de innovación abierta a través de crowdsourcing.

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